miércoles, 27 de noviembre de 2013

Apellidos patronímicos.




Los apellidos actuales proceden, casi en su totalidad, de nombres de personas (patronímicos) o de lugares (toponímicos). Aunque también existen infinidad de apellidos que se derivan de apodos, advocaciones religiosas, plantas, animales, rasgos físicos, expresiones, etc. etc.


LOS APELLIDOS PATRONÍMICOS


El patronímico es un nombre propio que designa ascendencia, filiación o linaje. Puede ser un apellido, o bien una forma derivada del nombre del padre o ascendiente usada después del nombre de pila.
Entre los griegos y romanos se decía del nombre que, derivado del perteneciente al padre u otro antecesor masculino y aplicado al hijo y otro descendiente, denotaba en éstos la calidad de tales. El nombre del padre se ponía en genitivo; p. ej.: de Petrus, Petri. 

Los apellidos patronímicos primitivos variaban en cada generación cuando no coincidían los nombres de padre e hijo. Sólo se hicieron hereditarios de modo absoluto en los primeros años de los tiempos modernos.

García, el apellido más común en España, es un apellido patronímico de origen vasco. Proviene del nombre vasco medieval Garçea, que se convirtió con el paso del tiempo en apellido. En este nombre se encuentra el étimo del adjetivo gaztea cuyo significado es 'joven.
En España, los apellidos patronímicos provienen mayoritariamente de nombres propios a los que se añadió el sufijo –ez, aunque también se usaron en numerosas ocasiones las terminaciones -oz, -iz, y –az. Todas ellas significan ‘hijo de’. Así, Fernández es hijo de Fernando, López hijo de Lope, Pérez de hijo de Pero o Pedro, etc. 
Hay quien asegura que esta partícula añadida, -ez, proviene de un sufijo de origen prerromano heredado por el pueblo visigodo. 
Aunque también es muy significativo el hecho de que, en lengua vasca, aún hoy se siga utilizando el -ez con valor posesivo o modal. Y bien pudiera ser que, el citado patronímico castellano, provenga en realidad del euskera, transmitido probablemente desde Navarra, ya que el idioma castellano primitivo obtuvo muchos préstamos de la lengua vascuence a través de ese reino. De ser así podría ser que –ez significara pertenencia, en el sentido de esclavo, siervo o vasallo, de un señorío regentado por un noble o hidalgo de ascendencia gótica, romana o vasca. 
En opinión del fallecido académico Alfonso Irigoien, se trataría del sufijo posesivo latino -o, (onis), que en euskera derivo a -iz/-itz y pasó al castellano como -ez. De hecho, en el País Vasco, abundan los patronímicos terminados en -itz e –iz, como ejemplos: Lopitz o Lopiz.

Aunque no siempre los apellidos terminados en "-ez", significan "hijo de". Es el caso de Chávez, que aunque posea la terminación –ez, no significa hijo de Chavo, Chaves proviene de "llaves” (antiguamente los nombres, en portugués o en gallego, se escribían con una "s" final). Cuando se colonizó América, cambió allí la "s" por la "z" final.


En portugués la terminación –ez adquiere la forma -es, y en catalán la forma -is. Así, 'hijo de Pedro' recibe respectivamente las formas: Pérez, Peres y Peris, según en qué lengua se construya. 
Otro ejemplo es el derivado de 'Fernando', que recibe las formas Fernández, Fernandes y Ferrandis. 
Otros apellidos frecuentes en catalán con este mismo origen son Eiximenis, Gomis, Llopis y Sanxis (equivalentes a Jiménez, Gómez, López y Sánchez).


En italiano, la terminación corriente de los apellidos patronímicos es -ini (Giacomini, Paolini). 


Sin embargo en En francés se ha conservado la preposición –de, unida al nombre del padre (Desimone, Dejean).


En los idiomas germanos, se añade el sufijo -sohn, que significa 'hijo', del que derivan la forma danesa -sen (Andersen, Nielsen), la inglesa –son (Anderson, Johnson), la sueca -son (Andersson, Svensson) o la neerlandesa -zoon (Pieterszoon).


En los países anglosajones abunda el prefijo fitz-, también con el sentido de 'hijo de', aunque posiblemente derivado del latín filium a través del francés normando; este prefijo fitz, sin embargo, se reservaba para los hijos ilegítimos de noble cuna, ya sea para los hijos del rey, como Fitzroy, o para los hijos de los nobles, como Fitzgerald.


En el mundo celta actual (toda Irlanda, gran parte de Reino Unido y una pequeña área del noroeste de Francia), en idioma gaélico, los patronímicos se forman con los prefijos -Mac ('hijo') y -Nic ('hija'). 
En la transcripción al inglés, -Mac es el prefijo que se utiliza tanto para hombres como para mujeres, aunque puede abreviarse en Mc. Así los patronímicos gaélicos Mc Dhòmhnaill y Nic Dhòmhnaill aparecen en otras lenguas como Mac Donald o McDonald. 
En Irlanda concretamente, el prefijo puede transformarse también en Mag o en M'. Sin embargo es más habitual el prefijo –Ó, 'nieto', transcrito en inglés como O'. Así, el apellido Ó Dhòmhnaill aparece en otras lenguas como O'Donnell.


En las lenguas semíticas, como el árabe, o el hebreo, se utiliza para este propósito la palabra “ben” (hijo). Así Mohamed ben Yusef significa 'Mohamed hijo de Yusef', o Judah ben Hur, 'Judah hijo de Hur'. 
En árabe puede abreviarse por "aben" y, en lugar de decir Mohamed ben Yusef, se puede decir simplemente 'Aben Yusef'. 
Dado que en árabe no se escriben las vocales, dependiendo del dialecto, dicho "ben", se puede ver escrito en caracteres latinos también; como bin, ebn o ibn, de donde procede también el prefijo beni, de idéntico significado, que figura en numerosos pueblos de la geografía levantina.


En apellidos eslavos, las terminaciones patronímicas para varones son ovich, evich, tich, ić, vić, ewicz, etzsche, wiez, witsch, ski (ésta especialmente en Polonia), ov y ev. Así encontramos Petrovich, Ljubicic, Vodanovic, Nicolaiev, Davidov o Nijinski.
Los apellidos de las mujeres toman desinencias distintas, generalmente agregando la letra -a al apellido, o reemplazando a otra vocal, algunos ejemplos son: ovna, evna, ova, eva y ska, es el caso de Paulova, Dementieva o Petruska. 


En Rusia, Bielorrusia y Ucrania, el antropónimo de una persona consta de tres elementos: nombre, patrónimo y apellido. 

Antón Pávlovich Chéjov (Antón, hijo de Pável Chéjov). 
Anna Pávlovna Pávlova (Anna, hija de Pável Pávlov). 
Serguéi Mijáilovich Eisenstein (Serguéi, hijo de Mijaíl Eisenstein).
Maya Mijáilovna Plisétskaya (Maya, hija de Mijaíl Plisetski). 

En Bulgaria tienen el mismo sistema pero el elemento que alude al padre termina en ev, ov, eva, ova (Petar Toshev Mladenov, Emiliya Ivanova Tsvetkova).


En georgiano, las terminaciones patronímicas más comunes son -dze "hijo de" (al oeste de Georgia) y -shvili "niño de" (al este de Georgia), como aparecen, por ejemplo, en el apellido del futbolista georgiano Shota Arveladze, y en Dzhugashvili, el apellido de Stalin.

Debido a motivos históricos (la unión de Lituania con Polonia durante varios siglos, o las anexiones de Alemania y la URSS en el pasado siglo), en lituano existen sufijos surgidos para "polonizar", “germanizar” o “rusificar” apellidos, así como otros sufijos que indican "mujer no casada" o sufijos toponímicos.
Los apellidos de mujeres casadas son formados sustituyendo la terminación del apellido masculino por el sufijo -iene, por ejemplo, de Katilius-Katiliene, de Varnas-Varniene, de Zujus-Zujiene (o Zujuviene). El sufijo -iene significa “señora de” y es utilizado para las mujeres casadas.
Los apellidos de mujeres solteras se forman agregando los sufijos -aite, -yte, -ute, -te, por ejemplo de Katilius-Katiliute, de Zujus-Zujute, de Varnas-Varnaite o de Banys-Banyte.
Desde la segunda mitad del siglo XX surgió una nueva tradición para las mujeres casadas, particularmente artistas, en utilizar apellidos de soltera. Los sufijos estrictamente patronímicos son "aitis", "ius", "unas", "onis", "enas" o "ynas", algunos ejemplos son: Kurtinaitis, Scarunas, Sabonis, Savenas.


En Azerbaiján es costumbre formar el patronímico añadiendo, al nombre de pila del padre, la partícula -oğlu para hombres (como Heydər Əlirza oğlu Əliyev), y -qizi para mujeres (como Aygun Alasgar qizi Kazimova).

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